QUIERO que sepas
una cosa.
Tú sabes cómo es esto:
si miro
la luna de cristal, la rama roja
del lento otoño en mi ventana,
si toco
junto al fuego
la impalpable ceniza
o el arrugado cuerpo de la leña,
todo me lleva a ti,
como si todo lo que existe,
aromas, luz, metales,
fueran pequeños barcos que navegan
hacia las islas tuyas que me aguardan.
Ahora bien,
si poco a poco dejas de quererme
dejaré de quererte poco a poco.
Si de pronto
me olvidas
no me busques,
que ya te habré olvidado.
Si consideras largo y loco
el viento de banderas
que pasa por mi vida
y te decides
a dejarme a la orilla
del corazón en que tengo raíces,
piensa
que en ese día,
a esa hora
levantaré los brazos
y saldrán mis raíces
a buscar otra tierra.
Pero
si cada día,
cada hora
sientes que a mí estás destinada
con dulzura implacable.
Si cada día sube
una flor a tus labios a buscarme,
ay amor mío, ay mía,
en mí todo ese fuego se repite,
en mí nada se apaga ni se olvida,
mi amor se nutre de tu amor, amada,
y mientras vivas estará en tus brazos
sin salir de los míos.
lunes, 6 de febrero de 2012
sábado, 4 de febrero de 2012
William Shakespeare: Fragmento de Venus y Adonis
Brilla el sol desde el cielo, brilla pero calienta,
y mira donde estoy, entre aquel sol y tú: El calor que recibo del sol poco me daña; la llama de tus ojos es la que a mí me abrasa y si inmortal no fuera, aquí me moriría, entre el sol celestial y este sol terrenal.
¿Insensible, eres roca, duro como el acero?
O más que roca o piedra que la lluvia ablanda: ¿De mujer eres hijo, y no puedes sentir que es amar y el tormento del deseo de amor? Si tu madre tuviera espíritu tan duro, no hubiera conocido la maternal ternura
¿Quién soy para que tú me desprecies así,
o que gran amenaza se esconde tras mi ruego? ¿Qué mal haré si pongo un beso en vuestros labios? Hermoso, habla primores, o ten la lengua muda: Dame tan sólo un beso, que yo devolveré con otro más intenso, y si quieres dos más. |
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